Introducción
Los perfiles y competencias del evaluador en el proceso de acreditación
surgen de alguna necesidad por la que se requiere dicho actor, además la
formación se puede dar en entornos y metodologías que pueden ser llevadas en
diversas capacitaciones, talleres, estudios, etc.; donde se trata una
situación-relación de donde se parte y hacia donde se quiere llegar. Si estamos
en un proceso de acreditación, las instituciones no deberían invocar a que se
respete la autonomía Se sobreentiende. Esto es un gran campanazo de simbolismos
desde los excluidos y marginados de siempre; los “peruanos olvidados” porque
ellos siempre estuvieron allí, solo que el interés de prestarles atención ha
sido casi nulo. Y el mejor reflejo de ese desinterés es que se ha trabajado muy
poco en desarrollar e impulsar politicas de inclusión socioeconómicas y no
podemos intentar maquillar ese hecho diciendo una palabra tan simple como
olvido. La pésima educación pública, aunada a las inicuas desigualdades que nos
caracterizan, hicieron que los estudiantes perdieran años de su escolaridad,
pero una minoría pudo rescatar algo gracias a sus esquemas de acreditación.
Pero la gran mayoría aún siguen en condiciones inenarrables.
Describir la evolución e importancia en los procesos de formación del evaluador asi como sus competencias, nos llevara a la lógica que siempre será la de buscar la mejora y compromiso con el quehacer educativo con amplios compromisos de veracidad y lealtad. Dentro de los principales aportes se tiene los antecedentes, la importancia en el proceso de la formación del evaluador, específicamente en las competencias a desarrollar. La trascendencia de tomar en cuenta este tipo de conocimientos permitirá hacer un verdadero respaldo para el servicio que se requiera brindar de calidad y oportuno. Pues, antiguamente se consideraba a este proceso como algo inalcanzable o poco realista en la praxis o que en muchos casos solo se daba en periodos determinados. Esto no es verdad, el proceso de formación del evaluador y sus competencias actúan sobre la persona a lo largo de toda su vida (siempre y cuando exista el compromiso real) y no hay momento en las diversas fases de la formación en que se dé por concluida dicha temática. Se sabe que se están produciendo cambios, aún en esta pandemia mundial, respecto a las formas de enfocar, trabajar en las creencias, exposición de opiniones, diversidad cultural asi como de hábitos que la naturaleza del persona y las instituciones indican que se puede continuar con los procesos de acreditación y contar con la evidencia científica, en donde se demuestre que se tiene la capacidad para hacerlo concediendo a los evaluadores la enorme importancia de un proceso a carta cabal. Muchos expertos señalan la falta de un verdadero diagnóstico. Ya que se avanza a ciegas. La pandemia posterga muchas acciones en pro de la certificación. Durante la pandemia se ha evidenciado una baja cobertura de la educación presencial y semipresencial, lo que pone en alto riesgo la ejecución de diversas estrategias para la evaluación de la acreditación ya que esto no va a permitir obtener informacion validad, confiable, comparable, representativa e imparcial de las diversas estrategias ya que todo esto redundara en los participantes que no van a tener las mismas oportunidades para desarrollar aprendizajes significativos.
Nudo
La
historia nos demuestra que la persona siempre ha ido evolucionando en las
diversas actividades de su quehacer humano. A través de la historia los
conceptos se adecuan a los tiempos actuales y este proceso-
búsqueda de un saber riguroso, coherente y lógico,
se ha venido gestando mediante
una reflexión que arranca desde hace un buen tiempo.
El
evaluador como persona tiene un origen, una pedagogía, una práctica y que hace
referencia permanentemente a las características que le brinda la teoría y la
practica en diversos entornos.
El
crecimiento de las sociedades, desde un punto de vista material y biológico,
llega en un momento determinado al alcanzar su máximo desarrollo en sus
aspectos fisiológicos, morfológicos, orgánicos, educativos, profesionales,
culturales, etc.; sin embargo desde el punto
de vista psico-social, el crecimiento del ser humano,
a diferencia de otras especies, se manifiesta de manera
ininterrumpida y permanente y es allí donde el accionar del evaluador, de
manera independiente, calibrara el nivel de desarrollo cognitivo con una nueva actitud frente al proceso de competencias programadas.
La
persona (Homo sapiens) después de nacer, es un ser dependiente para sobrevivir,
debido a su base psicobiológica y social (Chacón, 2012); sin embargo, cuando
inicia un proceso de formación de valores,
información, pertenencia, hábitos
y costumbres; todo ello digerido para internalizar una cultura en
particular (Rodríguez, 2003). Además, durante su formación como persona y con la finalidad de construir y conocerse a sí mismo, necesariamente, va a requerir la
vinculación con la sociedad, en una relación constante con sus semejantes
(Chacón, 2012).
Las ideas educacionales de platón” según el
libro del profesor Alexander Kapp, al describir la práctica educativa
utilizada por Platón con sus discípulos jóvenes
y adultos, además plantea que el aprendizaje no
sólo tiene como fuente al profesor sino también a la auto reflexión y a la
experiencia de vida. Esto es de suma importancia para el evaluador, ya que
Platón en sus teorías plantea la auto reflexión y la experiencia que si lo
relacionamos al evaluador, veremos que no todo será instrucción sino también
habrá la necesidad de contar lo anterior. Podemos decir que, analizando
diversas lecturas el evaluador debe centrar su
accionar en la calidad, la experiencia en el manejo de recursos, asi
como su intachable moral
A pesar de diversos avances en la conceptualización y teorización de las competencias del evaluador, la idea aun no goza de aceptación a nivel país, al hablar de acreditación o formación de evaluadores se tendría que hacer cambios necesarios en la educación y reeducación de las personas en quienes va a recaer el servicio y que se tendría que ver como una etapa de la vida en para el orbe esto ya es una necesidad y realidad. La escuela debe aceptar con madurez los resultados dados por el evaluador.
La acreditación es
importante, porque es una forma de brindar un servicio de real calidad y con
estándares de carácter nacional e internacional. Pero es imprescindible
discernir la importancia del evaluador sobre la base de competencias en modelos
que permitan dar un salto y establecer, de forma sincera, donde empiezan y
terminan dichas competencias.
El evaluador en este ámbito
de competencias y acreditación es sinónimo de guiar, compartir, de intercambiar experiencias con una gama de
conocimientos propios de su accionar
profesional. Por otro lado, cada evaluador es dueño de su propio desarrollo en todas y cada una de sus
facultades y dimensiones: física, intelectual, social, moral, religiosa, etc.;
permitiendo asi un profesional integro de conciencia, compromisos,
responsabilidades, lealtad; sobre todo serán capaces de involucrarse en los
asuntos públicos, siendo críticos constructivos de una nueva sociedad y sin un
atisbo de corrupción. Consideramos que la importancia en el perfil y
competencias de un evaluador se puede entender tomando como referencia las metas y propósitos en la formación del evaluador, en donde se muestra que existe
una relación entre el crecimiento del individuo y los conocimientos adquiridos
de manera recíproca. Los evaluadores tienen sus propias características y diferencias,
porque traen consigo una gran experiencia y que les permite rápidamente comprender las
realidades en los campos a desempeñar. Los evaluadores tienen principios
fundamentales asi como un conjunto de
conocimientos, destrezas, valores y actitudes que se orienten a desarrollar los diversos procesos y que son fuentes
de una motivación intrínseca. Por todo lo expuesto, un evaluador (dentro de sus
perfiles y competencias) puede llevar a
cabo el proceso de acreditación con pasión, amor y lealtad.
Conclusión
Los
cambios actuales, requieren de respuestas actualizadas en la formación de un
evaluador externo; la formación inicial no es una experiencia que se dé una
única vez, sino que constituye un proceso que debería proseguirse de forma
constante a través de toda la vida mediante el conocimiento teórico y práctico.
Si el evaluador observa la realidad país, notara que en la educación
rural con casi 5 millones de habitantes (alrededor del 20% del total de la
población peruana), y si contrasta la educación que tienen los peruanos
habitantes en el extranjero es casi un millón que reciben una educación con
estándares de altísima calidad, en muchos casos. Marcando una gran diferencia. La
vida en sí es un proceso continuo y de mucho aprendizaje, pues si la sociedad es
dinámica, entonces el evaluador también es parte integrante en ella, por lo
tanto el proyecto del perfil y competencias adecuadas siempre permanece en
proceso de perfeccionamiento. No existe formación y conocimiento acabado, pero
si la responsabilidad de generarlo, reconstruirlo
y perfeccionarlo. Está en nuestras manos decidir si queremos ser una comunidad
acreditada o insistimos en un sistema cuadriculado y sin norte alguno que
siguen las masas.
En el mundo actual se
necesita poseer las competencias necesarias para seleccionar, analizar y
sintetizar entre la enorme cantidad de procesos a desarrollar, pero ¿Cómo estar
preparados para ello? Simplemente
desarrollar una autonomía educativa
con compromisos enfocados a la obtención de un perfil asi como de competencias
adecuadas que respondan principalmente a la realidad social existente. Los resultados preliminares que
puedan dar los evaluadores externos son un reflejo de muchas veces la
fragmentación que se han observado en los diferentes momentos del monitoreo. El
profesor de la PUCP, Oscar Vidarte en un mensaje via twitter, señala que “[…] la
fractura se expresa de diversas maneras al no poder lograr un buen desempeño en
los items de observación”. Es necesario entonces que la cabeza o equipo de
calidad traigan calma y un replanteamiento o los ajustes necesarios que se
necesiten.
La acreditación, se ha convertido en un tema actual
y de suma importancia para los actores sociales que marcan un norte en la
educación y produccion del país.
Por ello, el evaluador debe garantizar
los conocimientos necesarios y existentes, no solo un simple cambio mecánico
(papeles más, papeles menos), sino
que requiere una implicación activa basada en la reflexión y la toma de decisiones como un
proceso debidamente organizado, planificado, dirigido y evaluado.
Así, podemos concluir que el evaluador es el profesional esencial
en un proceso de acreditación, tomando conceptos y utilizando modelos propuestos para maximizar la labor encomendada. Para finalmente poder citar al poeta Octavio Paz: “Las masas
humanas más peligrosas son aquellas en cuyas venas ha sido inyectado el veneno
del miedo…Del miedo al cambio”.
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